La impronta de la quinta y sexta fecha de las clasificatorias está relacionada con el escaso tiempo de preparación que tendrá la selección chilena. Tres días de entrenamientos para el duelo con Argentina y una semana para la confrontación con Venezuela. En ese tiempo un DT entrante no se alcanza a memorizar el nombre de sus jugadores, diría alguno. Otra irregularidad que traerán ambas fechas estará encarnada en las selecciones diametralmente opuestas que enfrentará Chile. Ayer la Roja jugó con los finalistas del Mundial y Copa América y el martes con los últimos en la tabla con 0 puntos. Los primeros cuentan con el combinado más estelar del mundo y el segundo sufre una crisis dirigencial muy parecida a la nuestra. Con estos antecedentes, la pregunta que le tocó responder a este nuevo cuerpo técnico es ¿Qué tipo de planificación ejecutamos con tan poco tiempo a cuestas y con dos pizarras tan disimiles? Proyectando que en teoría esta doble fecha clasificatoria es de mínimo 4 puntos para Chile.
Afortunadamente Juan Antonio Pizzi es un hombre experimentado que seguramente no requerirá de mucho tiempo de adaptación. Lo demostró en su primer dilema y día de práctica, cuando el capitán de Chile le pide el día libre para todo el plantel. Haber cedido a la petición no le hará ganar el respeto de los seleccionados necesariamente, pero si generará un vínculo de empatía muy valioso en cualquier grupo de personas. Eso se llama empezar con el pie derecho; pie contrario con el que debutara Sebastián Beccacece, por ejemplo. Parte fundamental de este proceso – posterior a Jorge Sampaoli- será que los jugadores respalden a Pizzi. No cabe duda que en el ámbito las relaciones humanas, el DT argentino no tendrá mayores problemas, queda dilucidar qué es lo que sucederá en su función como estratega. Dimensión del “lagarto” que podremos evaluar solo parcialmente tras el partido con la “vino tinto”, sobretodo en razón del acotado tiempo con el que dispuso el DT nacional.
Venezuela lleva dos partidos como local perdidos consecutivamente (con Paraguay y Ecuador). Los problemas al interior de la asociación venezolana, a diferencia de Chile, se han filtrado en la interna de los caribeños, afectando el rendimiento y compactación grupal. A priori, los llaneros son un rival abordable para el campeón de América, el tema es que el equipo actual no es el campeón de América, si consideramos que el cuerpo técnico es otro. Un cuerpo técnico que necesita rodaje para aceitar engranajes e introducir una idea de juego. Con Argentina observamos las primeras luces de un periodo que se podrá ver reflejado en mayor magnitud con Paraguay y Bolivia, en la 7ma y 8va fecha respectivamente. Por el momento debemos conformarnos con la sinopsis de la película que tiene Pizzi en su cabeza.
Solo nos queda, mientras cuaja la filosofía pizziana, apelar a la jerarquía de un conjunto que se conoce de memoria. Porque en una clasificatoria tan reñida, dormirse durante una fecha doble puede traducirse en ver el mundial de Rusia 2018 por tv. Paso a paso es la consigna, eso sí, necesitamos que por primera vez un “lagarto” de pasos largos.