En la sede de Quilín se tomarán seis meses para afinar un reglamento de Selección. El directorio encabezado por Salah pretende desterrar la indisciplina de la Roja.
El 16 de junio del año pasado, Arturo Vidal protagonizó un fuerte accidente automovilístico en el kilómetro 25 de la ruta 5 Sur. El mediocampista había disfrutado de una tarde libre concedida por el cuerpo técnico de Jorge Sampaoli en plena disputa de la Copa América y, junto a familiares y amigos, partió al casino Monticello. En el lugar, consumió alcohol. En esas condiciones, estrello su Ferrari. Resultó ileso, aunque agravó su falta con insultos al personal policial que lo controló. Fue formalizado por la justicia. Sampaoli lo perdonó y no lo excluyó del plantel que, finalmente, obtuvo el título en el torneo continental.
En la ANFP aspiran a que esa escena no se repita en ninguna de sus partes. El directorio que encabeza Arturo Salah prepara un reglamento de Selecciones que regule ampliamente el comportamiento de los futbolistas y de todos quienes estén vinculados a la Roja.
En Quilín quieren dar pasos cuidadosamente. Se tomarán seis meses para elaborar un proyecto que pudo tener un antecedente a comienzos de la década anterior, pero que quedó apenas en un borrador. Actualmente, la única regulación al respecto es el artículo 19º bis del Código de Penalidades y Procedimiento de la ANFP. Allí se establece que “los integrantes de una delegación de la Selección Chilena de Fútbol deben observar en todo momento; esto es, antes, durante y después del o los partidos en que participen, una conducta acorde con el hecho de estar actuando en representación del país ajustándose a las normas de decoro, buenas costumbres y disciplina que tal calidad exige”.
El directorio de Arturo Salah aspira a ser más específico en la materia. Por esa razón, aunque la idea es preliminar, advierten que estudiarán cuidadosamente la redacción del código.
Según un director del organismo, Juan Antonio Pizzi será consultado por la idea. Al nuevo seleccionador se le pedirán sugerencias respecto de cómo reglamentar el comportamiento de sus dirigidos sin alterar la relación ni el compromiso que tengan con el combinado. “Estamos todos en la misma línea. Hay que desterrar la farra de la Selección, que debe ser respetada. Pero también hay que ser sumamente inteligentes al plantearlo, para no producir enfrentamiento. Por eso, nos tomaremos un tiempo prudente. Salah está de acuerdo”, amplía el mismo miembro de la mesa.
Para que no se transforme en una imposición, se le consultará a los futbolistas, aprovechando su presencia en los futuros encuentros eliminatorios.
En el Sifup recuerdan los intentos anteriores por ponerle límites la conducta de los futbolistas. Su presidente, Carlos Soto, afirma que “para el anterior intento, incluso le consultaron a Marcelo Salas, cuando él jugaba en Italia. Llegó a hacerse un borrador, pero quedó apenas en eso. En algunos casos, las reglaciones hacen más complejas las relaciones. En otros, basta el manejo interno del entrenador para establecer los márgenes”.
Según el dirigente gremial, también hay aspectos legales que considerarar para una iniciativa de este tipo. “No existe una relación laboral entre los futbolistas y la ANFP. Lo que existe es una prestación de servicios.. Ellos vienen por los premios, los viáticos y el pasaje. Entonces, puede ser complicado establecer tantas obligaciones. Un reglamento de este tipo podría, incluso, rozar la ilegalidad”, sostiene Soto.
Incluso las definiciones pueden resultar ambigua. “¿Qué es un adecuado comportamiento, por ejemplo?”, se cuestiona Soto para graficar la dificultad que podría encontrar la redacción del documento.
Fuente: El Deportivo