El capitán interino Gary Medel lo dijo “seguimos con todo igual”. La apreciación del pitbull es a primera vista la misma que uno hace tras la fecha doble recién jugada. En mi opinión la razón de que Chile haya mostrado un buen nivel en ambos partidos (Argentina y Venezuela) es precisamente eso: haber conservado su esquema táctico, respetando así, su adn futbolístico. Puede parecer fácil, que basta solo con jugadores consolidados como los chilenos para mantener el tren a buena velocidad y enrielado. Pero no lo es. Desde la cabina del conductor supieron echarle el carbón necesario a esta hilera de vagones para no bajar el rendimiento. No olvidemos que entre Bielsa y Sampaoli existió un ciclo depresivo al mando de Borghi. ¿A qué se debe la buena adaptación de Pizzi? El Dt argentino acertó en decidirse por no desplazar la dirección del timón. Los muchachos conocen demasiado bien “esta” forma de jugar para que se les modifique. Poniendo a Medel de volante, a Sánchez estacionado a la izquierda, colocando a Rocco de central o retrasando demasiado las líneas, “macanudo” hubiera sembrado desconcierto y hasta malestar al interior del equipo. Otro factor a recalcar, es la sabiduría del rosarino para empatizar con cada uno de estas superestrellas y así lograr un clima fecundo de mucho potencial.
Del partido en Barinas resalto, al partir, la resiliencia de la selección nacional. Ante la adversidad la roja tuvo la capacidad de reconectar sus piezas y revertir el marcador, sin en ningún momento perder la calma. En buena medida el temperamento chileno se lo atribuyo a Vidal. El volante del Bayern Múnich es el motor en mitad de campo. Fuera de su calidad técnica e incansable movilidad, el rey lee el juego como pocos. Con él, de seguro el encuentro con Argentina se hubiera inclinado todavía más para los nacionales. Si una de las vértebras de la columna (Bravo, Medel, Vidal y Sánchez) chilena se ausenta en la formación es clarísimo que el equipo se resiente de forma significativa. Lo otro a remarcar de Chile frente a la “vino tinto” es como siguen puliendo el juego asociado partido tras partido. Con la Selección Colombia los dirigidos por Pizzi son el plantel con mejor distribución y toque del balón. Brasil o Argentina pueden ser superiores en individuales, pero como equipo la Selección de Chile hace honor a su rotulo de campeón de América. La memoria funcional del equipo trabaja en cada sector de la cancha al doblar en número al rival, en el pressing, en las coberturas, en los desdoblamientos, etc.
Estamos en zona de clasificación directa para el mundial del 2018 y a un par de meses de que empiece la Copa América Centenario y las cosas no han sido tan traumáticas desde la salida de Sampaoli. Los jugadores dicen estar agradados con Pizzi; el “macanudo” entendió que por ahora solo debía afinar detalles; y además pronto se reintegrarán elementos al camarín como Aranguiz, Vargas y Valdivia, entre otros. Chile no ha tenido que reinventarse en el éxito, porque a diferencia de otros equipos tiene a jugadores superdotados en lo que se trata de auto motivarse. Nunca le temieron a la salida de un Dt y si fuera necesario jugarían huérfanos. De esa manera, Chile ha sabido seguir siendo fiel a sus convicciones, reconociendo que en la alteración a su sello estaría el fracaso. Eso sí, pase lo que pase, no estamos para gritar ole, ole antes de los quince minutos de partido.