El combinado nacional sólo pudo conseguir una igualdad en casa ante los cafeteros, selección a la cual Chile no ha podido derrotar desde 2009. Para imponerse a Uruguay el Martes los nacionales tienen mucho que mejorar.
La Roja tenía una espinita clavada con la Selección Colombia. Y no sólo por el 3-1 que le propinaron los cafeteros al combinado nacional en el Monumental las pasadas Clasificatorias, sino porque desde 2009, cuando se impusieron 4-2 en Medellín, que no podían derrotarlos.
Y aunque la hinchada nacional tenía fe en romper la mala racha, un poco por el envión de ganar la Copa América y otro tanto por el irregular momento con el que llegaban los cafeteros al choque en el Nacional, lo cierto es que los colombianos siguen siendo un rival imposible para la Roja.
Y es que la Roja nuevamente vio frustrado sus ansias de triunfo al cosechar un empate a 1 tan doloroso como merecido.
Sí, porque por más que Jorge Sampaoli dispusiera un once inicial con Jean Beausejour y Mauricio Isla como constantes agentes por las bandas, y un mediocampo talentoso con Jorge Valdivia, Matías Fernández y Arturo Vidal, más la peligrosidad de Alexis y Eduardo Vargas, no pudieron ante la bien parada zaga cafetera.
Es que en la primera mitad Chile buscó fiel a sus principios: Presión constante, dinamismo en todas las líneas y búsqueda de sus individualidades, pero Colombia aguantaba.
Aguante cafetero que duró casi todo el primer tiempo. Casi, porque si bien Colombia aguantó a pie firme cuanto ataque generaba el combinado nacional, principalmente por el sector izquierdo con el tándem Valdivia-Beausejour, una pelota detenida cambió el trámite del partido.
Corría el minuto 45 cuando la enésima falta de la zaga colombiana generó un tiro libre cobrado por Fernández. Matías le puso un verdadero pase a la cabeza de Vidal, quien le ganó la posición a Jeison Murillo, y con un frentazo perfecto dejó estático al meta cafetero.
Gol y estallido del Nacional. Parecía entonces que los jugadores nacionales comenzaban a sacarse la espinita y no pocos confiaban en que en el complemento los dirigidos por Sampaoli ampliarían los guarismos.
Pero no. La Roja entró dormida. La presión en campo rival cesó, también los desbordes de Beausejour y las habilitaciones de Valdivia. Vargas y Sánchez no se conectaban con sus mediocampistas y eso terminó por pasarle la cuenta a Chile.
Colombia comenzó a envalentonarse. De a poco comenzaron a acercarse al arco de Bravo y a generar más de una licencia defensiva.
Y la mayor vocación ofensiva cafetera tuvo su premio a los 68’, cuando en una jugada llena de rebotes, y de mala suerte para los nacionales, James Rodríguez silenció al Nacional y puso la paridad.
Un golpe directo al mentón nacional, uno que dejó groggy a la Roja, un estado del cual no pudieron salir más. Sí, porque si bien Sampaoli dispuso el ingreso de Fabián Orellana y Mauricio Pinilla, el combinado nacional tuvo cero, pero cero profundidad, al punto de no generarse ni una sola opción en el complemento.
Pitazo final y decepción total en las huestes nacionales. Pese a las ganas en el primer tiempo, al actual estatus de Chile y a la localía, los nacionales otra vez no pudieron ante Colombia, dejaron pasar la oportunidad de seguir en la punta de la tabla y, además, generó dudas de cara al duelo del martes ante Uruguay.
Si Chile quiere conseguir el primer triunfo de la historia en el centenario, deben mejorar.